Si necesitas más explicaciones, te las damos. Este invento es un sencillo utensilio: una banda textil anudada de 85 cm de largo y cinco de ancho que, atada alrededor de la espalda y las rodillas, sujeta el cuerpo de la persona que se sienta al mismo tiempo que le permite relajarse. No puede ser más práctica porque es enrollable, muy ligera (apenas pesa 85 gramos) y pequeña, de modo que cabe en cualquier bolsillo de pantalón. Vamos que es un asiento portátil perfecto.
Pero además es realmente cómodo porque con esta cinta descarga la espalda y la musculatura del muslo. Y los brazos y las manos, que normalmente utilizamos para apoyarnos o para rodearnos las piernas cuando nos sentamos en el suelo, quedan libres para otras actividades como leer, beber o escribir.
Vamos, que es una idea tan buena que no se entiende que no se le haya ocurrido a nadie antes. ¿O sí? Porque resulta que Chairless está basado en una banda-asiento que utilizan los indios ayoreo, una tribu nómada que vive en la región Gran Chaco, entre Paraguay y Bolivia. Estos indígenas utilizan desde siempre bandas textiles de este tipo para sentarse. El arquitecto chileno Alejandro Aravena descubrió este cinto-asiento y decidió convertirla en el práctico producto que hoy es.
Y para agradecer el ‘descubrimiento’ a quien le pertenece, parte de los beneficios obtenidos por su venta se destinará a la fundación sin ánimo de lucro Stiftung für indianische Gemeinschaften in Paraguay, que utilizará estos fondos para prestar ayuda directamente a los ayoreo.
Alejandro Aravena ha sabido adaptar a la perfección la invención de los indios creando el asiento más irreductible. Así lo define: “Para nuestra época moderna es muy lógico construir una silla que sea económica. Ya es hora de producir en forma más sistemática: objetos que sean económicos, pero no desechables”.
Y continúa: “Esta silla emplea materiales modernos y es manufacturada con cuidado, pero es conceptualmente pura. Por lo tanto, su economía no proviene de un proceso que reduce la calidad o los gastos, sino de la definición más radical posible de lo que se requiere imprescindiblemente para construir una silla.”
Chairless está concebida para personas de entre 1,60 y 1,95 metros de altura. La banda, hecha de poliamida resistente, se puede adquirir en cuatro colores distintos: antracita con rayas decorativas en fucsia o en verde lima; verde lima con rayas decorativas en fucsia y fucsia con rayas decorativas en verde lima. La sencillez está servida. O quizás habría que decir sentada…
Pero además es realmente cómodo porque con esta cinta descarga la espalda y la musculatura del muslo. Y los brazos y las manos, que normalmente utilizamos para apoyarnos o para rodearnos las piernas cuando nos sentamos en el suelo, quedan libres para otras actividades como leer, beber o escribir.
Vamos, que es una idea tan buena que no se entiende que no se le haya ocurrido a nadie antes. ¿O sí? Porque resulta que Chairless está basado en una banda-asiento que utilizan los indios ayoreo, una tribu nómada que vive en la región Gran Chaco, entre Paraguay y Bolivia. Estos indígenas utilizan desde siempre bandas textiles de este tipo para sentarse. El arquitecto chileno Alejandro Aravena descubrió este cinto-asiento y decidió convertirla en el práctico producto que hoy es.
Y para agradecer el ‘descubrimiento’ a quien le pertenece, parte de los beneficios obtenidos por su venta se destinará a la fundación sin ánimo de lucro Stiftung für indianische Gemeinschaften in Paraguay, que utilizará estos fondos para prestar ayuda directamente a los ayoreo.
Alejandro Aravena ha sabido adaptar a la perfección la invención de los indios creando el asiento más irreductible. Así lo define: “Para nuestra época moderna es muy lógico construir una silla que sea económica. Ya es hora de producir en forma más sistemática: objetos que sean económicos, pero no desechables”.
Y continúa: “Esta silla emplea materiales modernos y es manufacturada con cuidado, pero es conceptualmente pura. Por lo tanto, su economía no proviene de un proceso que reduce la calidad o los gastos, sino de la definición más radical posible de lo que se requiere imprescindiblemente para construir una silla.”
Chairless está concebida para personas de entre 1,60 y 1,95 metros de altura. La banda, hecha de poliamida resistente, se puede adquirir en cuatro colores distintos: antracita con rayas decorativas en fucsia o en verde lima; verde lima con rayas decorativas en fucsia y fucsia con rayas decorativas en verde lima. La sencillez está servida. O quizás habría que decir sentada…
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